Hace pocos días, asistí a una muy
pequeña reunión donde varias personas compartíamos nuestros intereses y aquello
que en verdad nos apasionara. Parte de la actividad consistía en tomar una hoja
con nuestro nombre y el tema sobre aquello que nos gustara con todo el alma (Yo
elegí como tema "El proceso de
inspiración para escribir"), lo anterior con el fin de pasarla entre
los demás integrantes de la reunión para que pusieran por escrito sus dudas
relacionadas con ese tema en particular. Cuando todos hubieran puesto sus dudas, cada uno de nosotros tenía que pasar al
frente y responder todas las preguntas. Al final, todos aprendimos algo
nuevo sobre los demás asistentes y sobre un nuevo tema del que quizá no nos hubiéramos
imaginado conocer ese día.
Platico esto, porque en verdad me
pareció muy interesante esta actividad y porque pude aprender sobre los
intereses de algunos amigos y también porque pude hacerme una idea sobre lo que
le llama la atención a otras personas.
A partir de esta entrada, me gustaría
dar inicio a una serie de post relacionados
con todas las preguntas (y las respectivas respuestas) que me hicieron a mí
en la hojita de papel con mi nombre ** ¡hurra!**
La pregunta que encabeza la lista
es esta:
¿Cuándo comenzaste a escribir?
Créanlo o no, esta pregunta es
muy frecuente cuando te dedicas a escribir (LOL).
La verdad yo comencé a escribir
desde que era pequeñita, más o menos
desde los siete u ocho años.
Lo hacía como un escape para poder expresar sentimientos
a los que yo creía imposible darles voz. Era (es) la manera que yo encontré para
decir aquello que me lastimaba el alma, lo que a mí me gustaba pero nadie quería
saber, lo que temía, lo que amaba, lo que esperaba con ansias, en fin, escribir fue la voz que necesitaba para
esos sentimientos tan difíciles de pronunciar.
Al principio, recuerdo que tenía
una pequeña libretita que me servía como diario. Ahí apuntaba todo lo que me ocurría
día a día (por eso se llama diario daah!). Según yo, lo escondía muy bien
(porque seamos sinceros, hay cosas que
preferimos guardarnos para nosotros nada más y porque me daba vergüenza que alguien pudiera leer mis pensamientos
*oso mil*).
Quien sabe cómo, mi mamá y mi
hermano siempre acaban por encontrarlo y al final hacían algún comentario al
que solo era posible entender porque habían leído mis palabras. Al final, cansada de este tipo de situaciones,
termine por abandonar la bella costumbre de escribir en un diario por un
tiempo.
Cuando vas comenzando, no hay nada peor que alguien se atreva a
leer lo que escribes sin tu permiso. Muchas veces, revelas tanto de ti
mismo en esas palabras que sientes como
si quedaras vulnerable ante cualquiera que encuentre tus escritos. Eso me
pasaba a mí.
Comencé a tener la costumbre de
destruir las hojas donde escribía (de lo cual me arrepiento muchísimo ahora)
solo par que nadie leyera mis pensamientos. Tal vez ahora pienses "vaya tonta, entonces para que escribía
en un principio si igual lo iba a destruir", y tienes razón XD
La verdad para mí era mucho más importante la sensación de libertad que me daba
expresarme en papel, que las hojas con mi letra chueca para guardarlas. Por
eso no me importaba destruirlas.
Con el tiempo, me fui dando
cuenta que cada experiencia que vivía quedaba
de algún modo registrada en esas hojas; aunque muchas cosas era imposibles
revivirlas, con el simple hecho de leer
mis palabras me hacía poder recordarlas tan vívidamente que parecía como si yo pudiera
transportarme de nuevo a determinado momento de mi vida. Fue por eso que
retome la costumbre de escribir en un diario.
Al día de hoy, llevo
aproximadamente 13 años dentro de este maravilloso mundo de palabras y
oraciones (un poco menos de manera profesional, pero esa es otra historia). Aunque
aún me pone un poquitín incomoda que algún extraño se encuentre con mis
palabras más personales en papel, he
adquirido la costumbre de no destruir mi trabajo. Después de todo, me gusta
poder encontrar mis pensamientos de hace 3 o 4 años atrás y sorprenderme (o
avergonzarme) sobre mis opiniones, emociones e ideas locas que pude haber
tenido en un momento particular de mi vida. Realmente, ya no me importa tanto sentirme un tanto vulnerable en este momento de mi vida.
Seguramente dentro de 2 años, me topare con esta entrada por
ejemplo y estaré feliz de leerme como si
de una extraña se tratara para poder observar cuanto habré cambiado a ese
momento.
Aunque claro, lo anterior resulta imposible de predecir con
seguridad XD
Gracias por leer.
—Cari Rodríguez
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