LETRAS EN LAS SOMBRAS



Este tema me apasiona mucho. Demasiado, debo admitir.
Ser uno mismo. ¿A qué me refiero exactamente con "ser uno mismo/a"?

Soy parte de una comunidad, aunque me guste o no esté de acuerdo con muchas costumbres, también formo parte de una sociedad. Esto es bueno, según la definición de la Real Academia Española (RAE) una sociedad es "la agrupación natural o pactada de personas, que constituyen unidad distinta de cada uno de sus individuos, con el fin de cumplir, mediante la mutua cooperación, todos o alguno de los fines de la vida"

Muchísimas veces me he sentido avergonzada de mi misma: de mi apariencia, de mis emociones, de mis gustos, de mis preferencias, de mis opiniones, de mí. Porque nunca soy lo suficientemente buena para alcanzar los estándares que continuamente establecen otras personas a mí alrededor sobre cómo debería ser una chica como yo. Una mujer en su camino hacia la madurez. Siempre que emprendo algo por mi cuenta, surge una voz que se muestre inconforme con mi proceder. Alguien que se siente algo incómodo por la manera en la que actuó, me expreso o decido ejercer por ser o misma.

Paso cuando de niña, me metí a ese equipo de futbol conformado por puros hombres.

Paso cuando decidí estudiar una carrera de negocios en lugar del "futuro" que se suponía tenía asegurado en otros ámbitos por parte de familiares.

Paso cuando, tomando muchísimo valor, decidí llevar el cabello muy muy corto.

Paso cuando le comunique a mi familia mi deseo de dejar todo por cumplir mi sueño.

Pasa todos los días, todos los días transgredo unas poquitas esas normas moralistas que vienen incluidas en ese combo que recibimos al momento de darnos cuenta que nos guste o no, debemos dejar de ser nosotros mismos para complacer a terceros.

Me harte, la verdad. Ya he tenido suficiente de esto.

No quiero sentirme avergonzada porque no soy como Menganito o Perenganito. NO.
Porque no hago lo que ellos hacen para lograr lo que algunos definen como "éxito".

No soy como ellos, y no tengo porque serlo para ser feliz.
Aunque a las personas que integran mi mundo les parezca increíble, soy feliz a mi manera.
Soy muy feliz cuando sigo esa vocecita que me anima continuamente a expresarme a mi manera.

Influenciado un poco por lo anterior, decidí cambiar el nombre de este blog a algo más acorde a lo que quería mostrar con los aportes en este espacio. A crear un lugar donde mis letras puedan ser leídas por otras personas que quizá también se sienten como yo de abrumadas por la cantidad de expectativas que se forman y que con el tiempo, van pesando como piedras.

Porque con ustedes, me voy dando la oportunidad de ser como a mí me gusta, de conocer a esa chica rara, expresiva y soñadora que se escondió por 15 años tras una armadura de silencio solo porque a algunos creyeron que eso era lo correcto.


Por eso son letras en las sombras, al menos así lo defino yo.

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