Toda mi vida a estado relacionada con el mundo de las letras.

Fue en el kinder donde los números me observaron con desdén para negarme formar parte de aquel selecto grupo de personas con amor hacia ellos.
Los instrumentos musicales, aunque más benevolentes conmigo me permitieron conocer un poco sobre ellos, pero por alguna razón mi estadía en su reino fue breve pero gratamente memorable.
Incluso para las artes plásticas (que a mi me fascinaban) según la voz de mis maestras resultaban inadecuadas para mi, (no coordinaba bien como para crear algo bello vaya).

Pero fueron las letras, donde con todo su cariño decidieron adoptarme bajo su tutela.
Las vocales se encargaron de ayudarme a comprender las maravillas que resultaba de mezclarlas con sus primas las consonantes: desde historias para contar el día a día, hasta aventuras relatadas de las mentes más maravillosas que yo tuviera la alegría de leer. 

Las silabas, los acentos, la ortografía y las metáforas, todos ellos miraban curiosos mi crecimiento.
Donde la imaginación no era censurada por voces con prejuicios que mataban la creatividad mucho antes de nacer. No.

Donde de un lápiz pueden surgir personajes, amigos, compañeros, héroes o enemigos. Todas las voces van surgiendo poco a poco y se pelean entre ellos para que les prestes atención y les dediques unas paginas para dotarlos de vida.

Porque conforme fui creciendo se fue acumulando una ira imposible de explicar con mi voz pero perfectamente clara cuando se plasmaba en papel. Fue la escritura la que en más de una ocasión me salvo de caer en las garras de la locura peligrosa, aquella que nubla tu juicio y atormenta tu alma de dolor contra el mundo y gracias a la escritura fui capaz de comprenderla y liberarme de ella.

Dicen los que me conocieron que llegue a ser una chiquilla muy enojona, que llevaba dentro un coraje con la vida que me impedía convivir plenamente. Eso no lo recuerdo, aunque hay pruebas de esos días escritos por mi puño y firmados en mi nombre.

Sea como sea, puedo vivir cada día mejor conmigo misma gracias a la libertad que me concedieron las letras en mi vida. Porque con la escritura he llegado a conocerme como persona, he logrado superar aquello a lo que tanto temía, he logrado llevar un registro de los maravillosos días que he tenido la dicha de vivir.

He amado
he odiado
he sufrido
he creado
he imaginado
he llorado
he inventado
he querido

Porque me salvaron cuando yo más lo necesitaba y me dieron consuelo para seguir adelante.
He vivido a través de las palabras y créanme que nunca terminare de agradecerles por haberle dado el sentido más hermoso de mi vida.


De todo corazón, Gracias.






El domingo pasado estaba viendo la película de "My girl".
La verdad es que esa película siempre la había visto por pedacitos y nunca sabia de que terminaba o porque las personas a mi alrededor decían que estaba hermosa. 
Lo más triste es sin duda la muerte del niño (gracias abejas). Y la pobre niñita llorando desconsolada por su amiguito.

Poco a poco, las personas intentan salir adelante por la perdida del niño y al final de la película se puede ver como la niña sigue con su vida llevando con ella el recuerdo de su amistad.

Cuando yo muera (espero que no sea pronto) tal vez algunas personas estarán tristes. Porque seamos sinceros, hay muchas personas que tal vez no lo admitan en voz alta pero que se alegrarían muchísimo si nosotros muriéramos. Así es la vida.

Por lo anterior, debemos de intentar enfocarnos en atesorar los momentos de las personas a las que verdaderamente amamos y a su vez nos regalan su cariño con todo su corazón.

¿Hablar de la muerte con frecuencia significa que veo la vida de una manera lugubre y deprimente? Yo no lo veo así. Me gusta hablar de la muerte con toda naturalidad porque de esa manera disfrutas con mayor intensidad de la vida. Queramos o no, la muerte es la única compañera que nos acompaña en toda nuestra aventura que llamamos vida, a veces de manera implícita llevándose de nuestro lado a las personas que más amamos. Pero llega ese momento donde la muerte aparece explícitamente, donde te toca a ti partir de este mundo sin nada más que el cariño de las personas con las que conviviste.

Por eso mismo lo único que nos pertenece (y por instantes) es el tiempo y la manera en como lo empleamos.

No debemos tener miedo a morir, debemos preocuparnos de hacer valer cada instante de esta vida.



Un saludo y gracias por leer

Recuerdo que lo que más me dolía era su indiferencia cuando llegaba a la casa y fingía no verme para evitar saludarme.

Suena ridículo, pero así era.

Ni siquiera me dirigía una mirada que indicara que sabía de mi presencia.
Caminaba arrastrando los pies hasta quedar justo enfrente de las botellas de vino que reposaban tranquilas detrás de la vitrina.
Elegía la botella que más cerca estuviera de su mano y con un trago bebía intentando olvidar aquello que tanto le dolía.

Luego se echaba a llorar producto de una pena amarga mientras sollozaba entre pausas:
—Rebeca, ¿Porque te moriste? ¿Porque me dejaste? ¿No sabes cuánto te voy a extrañar?— eran las palabras que reprochaba con furia al viento sin saber que yo las escuchaba con un nudo en la garganta, incapaz de decirle en ese mismo momento que nunca en la muerte lo podría abandonar.


Hoy en la mañana mientras desayunaba, veía "Un show más" una caricatura dirigida más a jóvenes adultos y adultos que a niños por la cantidad de referencias que hacen a los años 80's y 90's en cuanto a cultura se refiere.
El capitulo en cuestión hablaba sobre un problema temporal debido a una ruptura en el espacio-tiempo de nuestra dimensión y la única manera de solucionarlo era regresar a un viajero en el tiempo a su época para evitar cambios permanentes en nuestra realidad.

Suena loco, aunque increíblemente me asalto una duda muy acorde con el tema: Si tuviera la oportunidad de encontrarme con mi Yo de un tiempo más joven ¿que me diría?

¿Le diría que no se cortara el cabello para evitar todas las burlas de las personas a su alrededor?

¿Le diría que estudiará otra carrera?

¿Le diría que no se arriesgará a nada para no sufrir jamás por nada?


La verdad es que no. Aunque con frecuencia pienso en las cosas que hubiera evitado hacer en el pasado, creo que no haría nada diferente a lo que hice. Si no hubiera cometido tantas equivocaciones en el pasado, al día de hoy no podría disfrutar de la vida que tengo y la cual adoro con toda mi alma.

Lo que si le diría sería que dejará de tener tanto miedo, porque el miedo es lo único que te impide avanzar. También le diría que las cosas que escribía eran buenas, y que no era necesario ocultar todas las cosas que escribía. Que amará muchísimo más intensamente a las personas, porque con el tiempo se alejan de nuestras vidas y lo único que queda es el cariño que les regalamos.

Y sobre todo, le diría que no se preocupará del mañana. A ella le pertenece el presente y no es justo desperdiciarlos con temores que quizá nunca ocurrirán.
Eso me digo hoy. :)


Un saludo y gracias por leer ~(^.^)~






No están para saberlo ni yo para contarlo pero ayer estuve absolutamente enferma.
No puedo decirles que era lo que me pasaba porque en realidad no supe de mi en todo el día. La mayor parte del día me la pase inconsciente tirada en mi cama debatiéndome entre un intensa fiebre y quejándome en silencio (LOL) mientras mi familia entre que me hacían caso y entre que me ignoraban un poquito.

Total, yo voy a la escuela en las tardes y por obvias razones ayer no asistí. En mi casa, lo más importante que tenemos inculcado mi hermano y yo es la responsabilidad por asistir a los compromisos escolares y laborales. Todo gracias al ejemplo de mi papá. Creo que nunca he faltado a clases por algo tan simple como un refriado o un dolor de cabeza. Tiene que ser extremadamente fuerte como para no asistir un día completo a cumplir con el horario.

Sin embargo, hoy amanecí sintiéndome de maravilla y prueba de ello son los 9 tacos rojos que me comí en el desayuno (para recuperar fuerzas, claro) y la cantidad de cosas que he escrito hoy en diversas plataformas con increíble rapidez.

Cuando subí al camión para llegar a mis clases, pude notar alegría en los ojos de las personas que iban abordando también el vehículo, no eran esas caras apáticas que a diario me encuentro, no, ¡eran sonrisas autenticas!. No se si era porque yo me sentía increíblemente bien el día de hoy o porque las personas si se sentían contentas y cada una tenia sus motivos para estarlo.

Eso me hizo reflexionar (si amigos, mis momentos de reflexión ocurren con frecuencia en los camiones) que quizá las palabras de mi madre son ciertas: "las personas son un espejo de nosotros mismos" y como nos sentimos con nosotros se ve reflejado en los demás.

En mi caso, el día de hoy yo estaba (estoy) muy contenta por haber recuperado mi salud por completo y tal vez por eso pude notar la alegría que mi cuerpo irradiaba reflejada en los rostros de los demás.
¿O quien sabe? quizá el mundo amaneció feliz a pesar de todos los problemas que le aquejan.

Sea como sea, hoy es un día maravilloso y quiero que así continué :3


Gracias por leer, un abrazo a todos. (/^.^)/






Me aleje de la sala de urgencias con paso firme y llevando en la mano mi viejo paraguas.

Los doctores dijeron que el accidente había sido por causa de una distracción al conducir.
Una imprudencia el mandar un mensaje mientras aceleraba hasta llegar al limite permitido en la carretera.

Me sentí preocupada apenas me avisaron de su accidente: ¿Estará bien? ¿a donde iba con tanta prisa?
Llegue llorando producto de los nervios rezando a cualquier dios que quisiera escuchar mis oraciones. Ahí en la sala de espera, estaban sentados sus amigos. Se veían incómodos, como si mi presencia los pusiera en alerta. No había señales de sus padres.

"Sara..." escuche una voz a mis espaldas. No le di importancia y camine hasta la enfermera que preocupada anotaba el ingreso de los demás desafortunados pacientes sentada detrás de su escritorio.
-¿Señorita, como esta mi novio?- pregunte con un sollozo.
-¿Cual novio?- me contesto con un tono áspero y cortante.
-El chico que acaba de chocar en carretera...tengo entendido que lo trajeron para acá.
-Ah si, el muchacho del mensaje. Jovencita, su novio tuvo mucha suerte al no haber muerto. Tienen que ser más cuidadosos al mandar mensajes y conducir.

No entendí bien a que se refería, pero igual no le di importancia.
No quise sentarme con sus amigos, seguían observándome con incomodidad mientras susurraban entre ellos. Regrese sobre mis pasos y me senté junto a una señora que con fuerza sujetaba entre sus manos un rosario y murmuraba oraciones. Me sentía tan preocupada que sus palabras de alguna forma me calmaban un poco.

Cerré mis ojos y poco a poco me quede dormida. No supe cuanto pero desperté al escuchar una voz aguda y chillona preguntando a los amigos de mi novio que era lo que sucedía.
-Le mande un mensaje para que nos viéramos cuando saliera del trabajo- le explico a los muchachos que miraban petrificados mi reacción.

Había unido las piezas del rompecabezas.
No dije nada, únicamente me levante y camine con calma hasta la puerta del hospital, no tenia caso continuar ahí si la salud de mi ex novio no estaba en peligro.
Pude sentir la mirada altanera de la chica de rubios cabellos sobre mi cuando pase a su lado.

-Díganle por favor cuando despierte, que no mande mensajes cuando va en carretera. Se necesita ser estúpido para engañar a su ex novia y casi morir en el mismo día.


Me aleje de la sala de urgencias con paso firme y llevando en la mano mi viejo paraguas.




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Llego la tarde como otros días, pero hoy tu ausencia se sentía como cuando te marchaste aquel fatídico día.

Camine con cuidado hasta quedar debajo del árbol que con tanto amor hubieras cuidado. No lo reconocerías: se ha marchitado desde su raiz hasta la ultima de sus ramas, ya las hojas lo han abandonado, del color verde que tanta paz te transmitía solo queda el recuerdo en espacio de la vista.

Ahí me senté, observando en silencio a los pajarillos revolotear en busca de alimento. 
Comencé a llorar, a derramar lagrimar de dolor, de rabia, de tristeza, de agonía.
Todo en silencio, respetando aquel deseo tuyo de no compartir con el mundo el nombre de mi amado.

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Lo que mejor se hacer es hacerme pendeja. Es un hecho (o al menos eso es lo que seguramente piensa mi mamá cuando ve que hago con mi vida de "escritura sin futuro").

¿Pero qué significa exactamente hacerse pendejo?
Es chistoso, pero esta palabra tiene tantos significados como personas que la utilizan a diario y sin darse cuenta.

Para algunos es un insulto imperdonable, algo que merece incluso agarrarse a los golpes para demostrar que tan equivocado esta quien osó llamarnos de esa manera tan despreciativa y quien dudo de nuestras capacidades de razonamiento y lógica. "Estas pero si bien pendejo"
Para otros más es una palabra tan común y carente de significado ofensivo que resulta más un tipo de adjetivo para reconocerse entre amigos muy cercanos. "Ese pendejo de ahí es mi hermano. Es bien chido."

En mi caso, una definición de pendejo es algo así como flojo que se niega a resolver sus problemas porque le gusta vivir con ellos. Le gusta invitarlos a quedarse en su vida tanto tiempo como sea posible, no importa que tan grandes o complicados se vuelvan, el pendejus conchudus (latín que me acabo de inventar) se complica la existencia porque le gusta sentir la adrenalina. Le gusta vivir con la preocupación de saber que tiene que resolverlo, pero siempre será mañana. El hoy es para disfrutarse, el mañana es para preocuparse.

Incluso la palabra pendejo tiene cierto toque prohibido al pronunciarla. Suena agresiva, demandante y con un aire de superioridad de quien emite la palabra a quien la recibe. Cuando los niños la dicen en presencia de un adulto es similar a escuchar la peor de las majaderías en nuestro idioma. Se les reprende a los infantes convenciéndolos de haber cometido una falta enorme al dejar escapar de sus labios una palabra tan sucia. ¿Sucia?

Los adultos la dicen con la mayor de las impunidades. Tal vez es uno de los pocos beneficios de crecer: el poder decir pendejo con la mayor de las libertades.

A nadie le gusta saber que los demás piensan que somos nos pendejos, nadie quiere ser un pendejo. Es malo para nuestro Ego el descubrir que nos tienen en la definición de pendejos.

Pero hay de pendejos a pendejos: están aquellos que son felices y que no lastiman a nadie con juicios de valor emitidos por creerse superior a los demás. Y están los pendejos que se creen superiores (por cualquier causa) que las personas a su alrededor.

¿Yo? Soy feliz sabiendo que tal vez soy una pendeja (tal vez si, tal vez no). ¿Y si lo soy qué problema existe? Soy feliz al compartir esta pequeña pero liberadora reflexión acerca de mi particular opinión acerca de la palabra pendejo.

¿Y para ti, que significado le das a la palabra pendejo?


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Tengo una increíble voluntad para inventar excusas. La he tenido desde niña.
Tal vez piensen que es una horrible cualidad (y tienen razón) pero la verdad es que hay que reconocer que las personas que inventamos excusas tenemos la capacidad de crear un argumento que resulte lo suficientemente convincente sobre porque no hicimos determinada actividad que habíamos dicho que haríamos (ya sea a otra persona o convenciéndonos a nosotros mismos).

Y aunque de esta manera suena muy bien, la realidad es que las excusas son trampas que nosotros mismos creamos para impedirnos avanzar.
Sean de la índole que sean, es una manera que nuestro subconsciente adopta como mecanismo de defensa ante el peligro o la ruptura de la rutina como lo implica siempre un cambio.
No importa cuanto nos auto-convenzamos que queramos determinado objetivo, si este implica un cambio significativo de nuestras conductas o actitudes a largo plazo nuestra mente será el primer enemigo que debemos enfrentar.

Y no me digan que miento, hay incluso los que presumen de una inquebrantable fuerza de voluntad pero de vez en cuando ponen excusas cuando no tienen ganas o cuando alguna causa externa les dio la oportunidad de no continuar con los planes que los encaminan hacia sus objetivos.
Todos ponemos excusas, pero lo hacemos por costumbre.

Es desde primaria (kinder para algunos de nosotros) cuando necesitamos de una excusa que nos salve del castigo por no haber hecho la tarea porque preferimos ver Dragon Ball que colorear el león del libro de actividades. Y asi se sigue, nos salimos con la nuestra (¿realmente lo hacemos?) y lo vamos repitiendo en muchas otras etapas de nuestra vida.

Con nuestros padres, con nuestros amigos, con nuestros compañeros, con la sociedad, con la empresa a la que trabajamos, pero tal vez lo más peligroso: con nosotros mismos.
Engañarnos a nosotros mismos implica esforzarnos por convencernos que somos algo tontos.
Implica esforzarse a creer que aquello que buscábamos realmente no era tan importante, que cualquier otro día podriamos lograrlo. Que no es necesario hacerlo ahora, cuando hay algo aún más importante que aquello con lo que soñamos cumplir.

No ponga excusas (yo tampoco lo haré). Comprometámonos a cumplir nuestros objetivos haciéndonos responsables de nosotros mismos.

Solo de nosotros depende tener éxito, y déjenme decirles que las excusas no se llevan bien con el éxito en la vida.
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Por muchos años estuve traumada porque no era como las personas de mi entorno.
Nunca fui normal, o al menos nunca encaje en el molde de normalidad impuesto por la cultura en que me crié.
Esa era (ya no) mi enorme preocupación a la que sabia tenia que enfrentarme durante toda mi vida.
Pero luego surge otra pregunta: ¿Como es que soy diferente? ¿Porque no he de ser como todos los demás?

Tengo dos manos, dos pies, un cerebro y un corazón. Biológicamente no soy distinta a mis congéneres humanos. Pero mis ideas me obligaban a sentirme excluida, a no ser parte del grupo. A soñar con un día en que las personas no me mirarán con ese gesto de pena y lastima. A ser una de ellos.

Creí que eran ideas mías, que el problema se debía a que yo era muy torpe para lograr integrarme, tener amigos como los demás compañeros de mis clases. Pasaron muchos años de soledad hasta que un día le platique mis inquietudes a mi mamá. No me ayudo aunque supongo que su intención fue hacerlo. Creo que en ese momento necesitaba con urgencia que alguien me dijera que era maravilloso ser diferente, porque a veces el mundo necesita un respiro de tanta normalidad y que a veces nacen personas como yo.

Nadie me lo dijo, incluso creo que nunca asistí a ayuda profesional para lograr comprender las maravillas de nacer diferente al resto. Sola me di cuenta, tal vez por eso me sabe tan bien el saberlo ahora. Que yo sola fui capaz de descubrirme y valorarme, de comenzar a pulir el diamante que podría convertirse aquel pedazo de carbón.

Porque son las personas diferentes (locos si los prefieren llamar ) los que no se agüitan* porque nadie los entiende, porque no cambian sus palabras con el fin de ser aceptadas. Porque tarde o temprano son ellos los que logran marcar una nueva tendencia en este mundo.

Descubrí en el mundo de las letras el medio perfecto para canalizar mis inquietudes, mis ideas, mis temores y mis rarezas. ¿y saben una cosa? no pienso abandonar jamás lo que más amo en esta vida.
Porque ya van casi 10 años desde que me prometí no volver a sentir vergüenza por ser diferente. Ni a dar explicaciones por hacer lo que a mi se me venga en gana. Muchísimas personas se reirán, pero a final de cuentas se reirían igual si hacemos aquello que aceptan como norma.

Porque yo te digo, aquello que nunca me dijeron a mi y que con gusto me hubiera encantado saber mientras crecía: eres de los pocos afortunados que están destinados a la locura.
Pero no locura mal entendida, me refiero a la locura que se disfruta, que se vive con orgullo. La locura de saberse diferente y no mortificarse por ello. De saber que algún día, serás tu quien se ria de los que se enorgullecían de ser como todos los demás, de los que prefirieron vivir burlándose de personas que se atrevieron a luchar por sus sueños. 

Porque es verdad, no soy normal. Y me siento muy orgullosa de no serlo.








Porque de repente me dio por hablar, por sincerarme con los que me rodean.
Por relegar un momento el silencio al olvido y llenar el espacio vació con palabras.
Porque hay personas a las que quieres sin razón aparente y otras tantas que te cagan por la misma razón.
Porque cargas tu costumbres, tus ideas, tus prejuicios y tus sueños.
Porque estas en constante guerra con tu interior. No sabes que hacer o que decir, o simplemente te encanta sufrir .
Porque nos enseñaron a querer pero no nos dijeron que el amor a veces no es correspondido.
Porque somos unos pendejos, si, unos pendejos que pretenden parecer inteligentes a los ojos de los demás pendejos.
Porque la niña que fui ya no existe y vivo con la incertidumbre de no saber como será la mujer que en 20 años tomará mi lugar.
Porque la mayor muestra de que alguien te cae mal es negarle el saludo (uuy que malotes somos) o voltearle la cara cuando llega a pasar a tu lado.
Porque somos "pseudo adultos" que luchan por un lugar en el mundo que no es suyo, porque nos negamos a crear uno propio.
Porque estamos echos de cristal y en cualquier momento podemos rompernos, de un golpe certero o de varias grietas que a la larga se van acumulando hasta que es imposible continuar.
Porque el mundo esta loco, pero en el más perverso sentido de la palabra.
Porque nosotros luchamos cada día para ocultar nuestra locura a los demás locos que hacen lo mismo ante nosotros.
Porque nadie va a leer estas lineas, ¿que caso tiene censurarse?.
Porque a quien un día amaste con el tiempo llegaste a aborrecerlo.
Porque a todos nos han roto el corazón.
Porque si, porque se nos da la gana ser unos cabrones sin importar a quien nos llevemos entre las patas.
Porque estamos heridos de ser nosotros mismos y fallar en algo tan "simple" como vivir, buscamos con desespero alguien que nos entienda cuando somos incapaces de conocernos primero.

¿Porque vivir así?


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Después de una ardua labor de su servidora para la renovación de la imagen de este blog, podrán darse cuenta que la pagina sufrió grandes cambios. Nuevas secciones se incluyeron y dentro de poco algunas otras estarán disponibles en este espacio.

Entrando en tema, seguramente en algún momento de nuestra vida hemos tenido la oportunidad de viajar en camión para trasladarnos en la cotidianidad de nuestras rutinas a favor de llegar a tiempo a nuestros compromisos cuando por azares del destino es imposible hacerlo en un vehículo particular.



Entonces, el transporte publico es la solución a nuestro problema de traslado terrestre. Entre otras cosas, algunas de sus ventajas son:
  • Es barato (Por más caro que este el pasaje en la ciudad donde vivas, siempre será una opción muchísimo más económica para viajar grandes distancias dentro de tu ciudad). 
  • Ayudas al ambiente al no contribuir con gases tóxicos producidos por tu propio auto. 
  • ...
Bueno, realmente las únicas ventajas que puedo poner aquí son estas dos.

¿Que, estas loco?"

Entre las desventajas se encuentran:
  • Los camiones siempre van llenos. 
  • Exceso de ruido (en especial cuando se suben grupos de amigo(a)s y mandan al carajo la consideración por los demás pasajeros con sus risas chillonas y voces de pubertos desgañetados. 
  • Las personas que se suben como si fueran los dueños de la unidad y van gritando sus conversaciones como si a los demás nos importara
"No me importa"

  • Las rutas no siempre siguen la "ruta". A veces los camioneros se desvían (sin razón aparente) y rodean hasta quien sabe donde para ahorrar tiempo. 
  • No controlas el tiempo del recorrido que tarda el camión hasta llegar a tu destino. (Como mínimo, siempre tienes que salir una media hora antes de lo acostumbrado para cubrir cualquier eventualidad que se presente en el trayecto). 
  • Si eres mujer, desafortunadamente te habrá tocado una mala experiencia (Tocamientos inapropiados, hombres que no miden la distancia entre su cuerpo y el tuyo, tipos raros y miradas lascivas).
  • Algunos camioneros olvidan por completo el sentido común al momento de conducir. 
  • Otros van echando carreritas entre ellos mientras uno se sujeta con uñas y dientes al asiento mientras se encomienda a los dioses de su preferencia. 
  • Las personas que ya llevan rato en la ruta, inmediatamente te escudriñan con la mirada apenas pones un pie en el camión.

  • Aunque parezca increíble, las señoras son las más groseras en cuanto a buenas maneras y normas de convivencia se refiere cuando uno viaja en camión (lo digo por experiencia propia). Se la pasan empujando entre ellas hasta que encuentran un asiento libre y si eres de los pobres infortunados que va al lado de la ventana y a tu lado esta una señora, no te va a dejar pasar. Así le pidas permiso para pasar, la señora solo va a girar su trasero y te dejara un huequito minúsculo para que pase tu cuerpo con la mochila, el maletín, la bolsa, etc. Todo lo anterior sin quitar una cara de absoluto fastidio de sus rostros inanimados. A ellas no les importa que casi te rompas el cráneo haciendo malabares para pasar con tus cosas hasta la bajada del camión. Ellas simplemente no se mueven. Y cuidado las golpeas de manera accidental, porque se molestan y te dicen cosas feas (pendejo, idiota, baboso).
  • La bajada nunca es donde debería, siempre te dejan 3 o 4 cuadras adelante.




Aunque existan muchísimas más desventajas, no hay que olvidar que los camiones ó los medios de transporte colectivos existen para cubrir una necesidad que es la de trasladarse de un lugar a otro de manera más o menos segura sin gastar demasiado dinero.

Sin embargo, es importante recalcar que muchas de las desventajas de usar transporte publico que mencione arriba se deben a una mala cultura entre los usuarios. No todo es culpa del camión o camionero.

Si no te gusta viajar en camión ¡comprate un carro! Nadie te molestará y llegarás a tiempo a donde vayas sin la necesidad de culpar al camión.

Ahora, lo anterior no siempre es posible (como en mi caso) así que ¿porque en lugar de quejarnos no hacemos algunos cambios nosotros mismos para volver más llevadero el asunto?

  • En primer lugar, no olvides tus modales. Un "buenos días, tardes, noches" no te quita nada cuando te subes al camión. Tampoco olvides que quien maneja es un ser humano como tú, el (o ella) tal vez lleva muchas horas sentado frente al volante viendo caras e intentando cumplir con la ruta que le toca. Ser camionero/a es increíblemente complicado y un trabajo muy poco reconocido. No debería ser así.
  • Respeta los lugares asignados a personas con capacidades diferentes. Están ahí por una buena razón, no solo porque los que diseñaron el modelo del camión pensaron que se vería bonito pintar un par de asientos de un color diferente y con señaletica para indicar exclusividad de personas con capacidades diferentes.
  • Usa audífonos. Aunque no lo creas, los demás usuarios no creen que el ultimo éxito de tu artista favorito es "lo mas increíble que han escuchado en sus vidas". Realmente no les haces un favor al poner tu celular a todo volumen. -_-
  • Cede el asiento (no importa si eres hombre o mujer). Las señoras con 5 niños, 4 mochilas y 2 pañaleras te lo agradecerán. También los estudiantes que no pueden ni con su alma por cargar hasta con el gato para un proyecto de exposición con infinidad de cartulinas. Ni que decir de las personas mayores, ellos te lo agradecerán muchísimo, te lo garantizo.
  • Si la persona que esta junto a la ventana necesita bajar, párate y permitele que pase, no gires sobre tu trasero solo para mover tus piernas. No te toma mas de 3 segundos y así evitaras que pueda caer o le pegue a alguien más intentando no perder el equilibrio por el reducido espacio que le dejas para maniobrar.
  • Si vas de pie porque no te toco asiento y en tu espalda cargas una pesada mochila, colócala junto a tu pecho. Ademas de evitar que alguien con intenciones de tomar lo que no le pertenece de tu mochila, con esta acción permites que las personas que necesitan bajar lo hagan de manera mucho mas rápida sin que tu estorbosa mochila les impida el paso.
  • Planea tu bajada con anticipación. Resulta tonto querer que el camión se detenga cuando tu lo dices. Hay lugares específicos para que las personas bajen de la unidad sin peligro de ser atropellados por otros automovilistas. Si los camioneros no se detienen cuando tu quieres no es porque quieran hacer tu vida miserable, es porque evitan bajarte en un lugar donde resulta peligroso para ellos y para ti.
  • Siempre respeta el espacio de las demás personas. Que el camión este a reventar no significa que puedas recargar tu cuerpo contra el de la pobre chica que lucha por no perder el equilibrio y alejarse de ti por loco.
  • Si ves que una chica esta siendo molestada por otro hombre (y tu eres hombre) no seas malo; cedele tu asiento o ayudala para evitar que eso continué. Levanta la voz, haz algo; pero no permitas que eso siga. Las chicas pocas veces reaccionan de manera asertiva contra el agresor por miedo, porque realmente no saben que hacer o que decir o porque los demás reaccionan apoyando al agresor y minimizando su derecho a que su cuerpo sea respetado. Esto ni siquiera debería pasar, una mujer tiene todo el derecho de hacer escuchar su voz cuando alguien le falta al respeto. Recuerda que algo así le podría pasar a tu hermana, a tu novia, a tu mamá y no te gustaría que alguien les faltara el respeto a ellas.
  • Si eres mujer, no empujes como luchador de la WWE a todas las demás solo para alcanzar asiento. Respeta.

En fin, son algunas recomendaciones que se me ocurren para hacer más agradables los paseos en transporte colectivo. Recuerda que siempre tienes que ir muy atento a tu entorno en caso de enfrentar cualquier situación de emergencia en el trayecto.

Un saludo y espero les haya gustado.






Gracias por leer ñ.ñ


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