Escritura: salvadora de vidas (la mía, por ejemplo)



Toda mi vida a estado relacionada con el mundo de las letras.

Fue en el kinder donde los números me observaron con desdén para negarme formar parte de aquel selecto grupo de personas con amor hacia ellos.
Los instrumentos musicales, aunque más benevolentes conmigo me permitieron conocer un poco sobre ellos, pero por alguna razón mi estadía en su reino fue breve pero gratamente memorable.
Incluso para las artes plásticas (que a mi me fascinaban) según la voz de mis maestras resultaban inadecuadas para mi, (no coordinaba bien como para crear algo bello vaya).

Pero fueron las letras, donde con todo su cariño decidieron adoptarme bajo su tutela.
Las vocales se encargaron de ayudarme a comprender las maravillas que resultaba de mezclarlas con sus primas las consonantes: desde historias para contar el día a día, hasta aventuras relatadas de las mentes más maravillosas que yo tuviera la alegría de leer. 

Las silabas, los acentos, la ortografía y las metáforas, todos ellos miraban curiosos mi crecimiento.
Donde la imaginación no era censurada por voces con prejuicios que mataban la creatividad mucho antes de nacer. No.

Donde de un lápiz pueden surgir personajes, amigos, compañeros, héroes o enemigos. Todas las voces van surgiendo poco a poco y se pelean entre ellos para que les prestes atención y les dediques unas paginas para dotarlos de vida.

Porque conforme fui creciendo se fue acumulando una ira imposible de explicar con mi voz pero perfectamente clara cuando se plasmaba en papel. Fue la escritura la que en más de una ocasión me salvo de caer en las garras de la locura peligrosa, aquella que nubla tu juicio y atormenta tu alma de dolor contra el mundo y gracias a la escritura fui capaz de comprenderla y liberarme de ella.

Dicen los que me conocieron que llegue a ser una chiquilla muy enojona, que llevaba dentro un coraje con la vida que me impedía convivir plenamente. Eso no lo recuerdo, aunque hay pruebas de esos días escritos por mi puño y firmados en mi nombre.

Sea como sea, puedo vivir cada día mejor conmigo misma gracias a la libertad que me concedieron las letras en mi vida. Porque con la escritura he llegado a conocerme como persona, he logrado superar aquello a lo que tanto temía, he logrado llevar un registro de los maravillosos días que he tenido la dicha de vivir.

He amado
he odiado
he sufrido
he creado
he imaginado
he llorado
he inventado
he querido

Porque me salvaron cuando yo más lo necesitaba y me dieron consuelo para seguir adelante.
He vivido a través de las palabras y créanme que nunca terminare de agradecerles por haberle dado el sentido más hermoso de mi vida.


De todo corazón, Gracias.



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